Una dieta sana y equilibrada resulta imprescindible para rendir bien durante nuestro tiempo de estudio. Es importante cuidar lo que comemos para que todo ello repercuta en la concentración, en la capacidad de memorización y, en consecuencia, en los resultados que queremos lograr en un examen, en clase o en cualquier prueba a la que nos enfrentemos. Y durante el proceso de estudio en sí mismo, por supuesto.
Debes conceder al desayuno todo el protagonismo. Es la forma en la que tu cuerpo y tu mente se llenará de la energía que va a necesitar durante toda la jornada, para poder enfrentarte a las clases o a tus apuntes con fuerza y vitalidad, y siempre concentrado. Es tu combustible. No debe faltar en tu desayuno de estudiante la leche, zumo, cereales, frutas, huevos... Será la comida más completa que debas hacer, cuídala.
Por otro lado, existen alimentos que te ayudarán a concentrarte mejor. Algunos de ellos son:
Además de estos y otros alimentos que debes incluir en tu alimentación diaria, no debes olvidar la importancia de descartar de esta dieta productos industriales como bollería y apostar siempre por frutas, verduras, pescado, carne de pollo y pavo, leche... No comas entre horas y respeta las cinco comidas al día, y hazlo siempre que puedas en un horario fijo que puedas cumplir toda la semana, así conseguirás mantener la energía estable y te desconcentrarás menos.
Bebe mucha agua, pues estar correctamente hidratado es vital para que tu cuerpo se encuentre bien y, por tanto, rindas mucho más en tus estudios. Si estás comiendo durante prácticamente todo el día tu estómago al final se resentirá, tendrás digestiones pesadas y te encontrarás sin fuerza para enfrentarte a las clases o tus apuntes con toda la fuerza.