Conocemos al e-learning como la educación a distancia, completamente virtual, realizada a través de canales electrónicos (especialmente Internet), valiéndose de herramientas/aplicaciones (como el correo electrónico, páginas web, foros de discusión, mensajería instantánea, o un mix de todas ellas, implementadas en una plataforma online), como soporte del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Una de las más útiles herramientas que están a nuestra disposición, para convertir la interacción en e-learning en sincrónica, es el programa de audio y videoconferencia, mediante el uso del ordenador y la web-cam, SKYPE.
Skype es un software, creado en Estonia en 2003, que permite comunicaciones de texto, voz y vídeo sobre Internet (VoIP), en el que los usuarios pueden descargarse gratuitamente la aplicación ejecutable desde sitio web oficial.
Las principales utilidades de Skype son las siguientes:
- Comunicación gratuita por texto, voz o vídeo entre dos usuarios de Skype.
- Comunicación grupal o conferencia de voz gratuita (la videoconferencia grupal sólo está disponible para la versión de pago), entre varios usuarios de Skype.
- Otras variantes de llamada, sometidas a tarificación de operadores, aunque a un coste inferior al de las llamadas de voz.
Tras presentar las características del uso de Skype cabe plantearse la utilidad que presenta para la formación e-learning, ya que si se habilitara un espacio dentro de las plataformas de teleformación, en la que se pudieran realizar videollamadas con el tutor/impartidor del curso el tiempo real, el alumno se sentiría completamente arropado en sus dudas y consultas a lo largo de toda la impartición del mismo.
Esta utilidad adicional en la plataforma e-learning traería, por contra, un buen número de complicaciones logísticas, ya que la disponibilidad horaria y presencial de alguno de estos tutores, en un amplio horario durante el cual la totalidad de alumnos del curso pudiera estar avanzando en el visionado de los contenidos, no siempre es posible, por multitud de razones.
¿Cómo solventar este problema? Pues la única posibilidad es contar con un amplio y versátil equipo de formadores, que pueda cubrir un horario de contacto adecuado, tanto en turno de mañana como de tarde.
Otro problema que podría plantearse sería la no disponibilidad del software/equipo adecuado, por parte del alumno.
¿Cómo solventar este problema? Difícilmente podremos influir en la indisponibilidad de equipo adecuado, pero si se podría lanzar una invitación para unirse al uso de Skype a este grupo de alumnos, destacando las ventajas que, para éllos, presenta la implementación de este programa para el servicio de tutorización. En todo caso dependerá de éstos el aprovechar o no esta posibilidad.
¿Es posible solventar dudas de contenido, sobre el curso, en tiempo real, sin preparación previa? Sin duda es la principal cuestión a atender, ya que de nada servirá el poder usar la videollamada, si debemos emplazar al alumno a un posterior contacto para solventar su duda. Por ello es imprescindible contar con un equipo de tutorización experto en sus respectivas áreas formativas, para que pueda atender en tiempo real las dudas de contenido, no sólo generales, sino también más concretas. Por suerte contamos en nuestro país con un buen número de personas con la capacidad y experiencia suficiente para poder atender adecuadamente las consultas de los alumnos.
Si sabemos resolver los problemas y complicaciones lógicos que surgen en el uso de la videollamada y conferencia en la formación e-learning, podremos llevar un punto más allá el potencial y la utilidad, ya de por sí amplios, que la teleformación presenta.