Un máster oficial es el camino pautado para seguir hacia el doctorado. Sin embargo, entre la oferta disponible si queremos desarrollarnos profesionalmente en una nueva área, o profundizar en una que ya controlamos, encontramos también másteres no oficiales o másteres propios.
Los másteres oficiales están regulados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), dependiente del Ministerio de Educación. Por su parte, los títulos propios son aprobados por las universidades, escuelas de negocios o centros de formación y se someten a un procedimiento normativo más flexible.
Vamos a ver las diferencias entre un título oficial y uno propio.
Master Oficial
Los másteres oficiales de segundo ciclo están regulados por la normativa europea, es decir, tienen validez en todo el EEES. Tienen una duración de entre 60 y 120 créditos ECTS, repartidos en uno o dos años académicos y dan acceso a los estudios de tercer ciclo o doctorado.
El hecho de que los masters oficiales deban someterse a procesos burocráticos tan complejos no permite que se pongan en marcha de forma más rápida. No han tenido tiempo de madurar sus programas y métodos de estudio y carecen de menor prestigio. En la mayoría de los casos, estos másters los imparten catedráticos o doctores cuya carrera se ha desarrollado fundamentalmente dentro de la universidad.
Puesto que los actuales grados son más cortos que las antiguas licenciaturas, en muchos casos se perciben como un complemento imprescindible a la carrera, no tanto como un verdadero programa de especialización y profundización. Son obligatorios para hacer un doctorado, lo que les convierte en el paso previo de un título de enfoque 100% teórico y academicista.
Títulos propios
Los títulos propios no tienen reconocimiento oficial a nivel universitario europeo, pero sí que pueden convertirse en un activo en tu currículum profesional. Están pensados para especializarse o reorientar la carrera, muy orientados al mercado laboral. De cara a la inserción laboral esta desventaja no tiene por qué existir. Algunas escuelas privadas de negocios gozan de prestigio y fama internacional más que suficientes para interesar a cualquier departamento de recursos humanos. Además, se suelen ofrecer en distintas modalidades: presencial, semipresencial , distancia u online.
Algunos de los títulos propios de máster que ofrecen las escuelas de negocios están reconocidos en todo el mundo y aparecen en rankings tan prestigiosos como el de la revista Forbes. Esto es especialmente cierto en el caso de algunos MBA. Para las universidades convencionales, ajustarse al Plan Bolonia y lanzar los nuevos másters oficiales ha supuesto un esfuerzo titánico. Muchos de estos programas tienen una calidad excelente, pero otros aun están por perfilar al 100%. Los títulos propios cuentan con muchos años de presencia en el mercado.
Generalmente, los profesores de los másters propios compaginan la docencia con su propia actividad profesional. Esto tal vez les proporcione una base teórica menor, pero en cambio facilita el estudio de casos prácticos y aporta a las aulas la experiencia reciente del profesor.
Los títulos privados aspiran, sobre todo, a ser rentables. Se les puede reprochar, con razón, menor independencia académica. Sin embargo suelen ajustarse más a lo que las empresas demandan en cada momento, puesto que sus programas, al no tener que ajustarse a los criterios del EEES, son infinitamente más flexibles y pueden permitirse el lujo de variar con el mercado.
Dicho esto, queda en la mano de cada uno elegir el master que mejor convenga a su situación, ¿cuál prefieres?
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